Los 300 elementos de la policía de Orizaba salieron del Palacio vestidos de civil frente al cabildo y personal de la Secretaría de Seguridad Pública.
Tras una jornada de al menos doce horas de tensión y zozobra, se encontraron con sus familiares que los esperaban afuera del Palacio «nos dieron la promesa de que nada nos pasará en el trayecto a casa”, dijo una mujer policía que confirmó haber dejado en resguardo su uniforme y equipamiento.
Ahí, en la sala Independencia están los uniformes, chalecos tácticos, radios, cámaras de solapa, bastón retráctil, fornituras y demás dispositivos de mano que acompañan a la policía.
Hoy fue su último día de trabajo organizado al estilo de la corporación de Orizaba Pueblo Mágico… porque siguen siendo policías, pero muchos de ellos aseguran que, después de esta jornada, otra vez, volverán a comenzar «lo de hoy marca un antes y un después para nosotros porque sí somos la mejor policía aunque a muchos no les guste reconocer».
